Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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lunes, 30 de noviembre de 2015

Fotos incomprensibles

La capacidad instintiva e intuitiva de hacer fotografías siempre me ha fascinado y esa vital sensación del disfrutar de crear imágenes incomprensibles en la calle, me estimula a seguir por ese camino. Siempre fértil y productivo para la creación.

© William Klein

William Klein en una entrevista realizada por Eric Daviron señaló que “ siempre he intentado hacer fotos tan incomprensibles como la vida misma. No hay nada que interpretar, todo hay que verlo”.


© William Klein

Esta opinión me parece de lo más acertada. Las imágenes donde interactúan el azar, la suerte y la intuición, no pueden ser explicadas más allá del lenguaje visual, de su composición intrínseca. Sin embargo, después de un tiempo en la nevera, pueden ser importantes o significativas dentro de una narración visual, una serie o un proyecto.


© William Klein

En varios de mis talleres, los participantes me han subrayado que no hacen fotos porque no tienen un proyecto detrás. Y yo les digo, que no se puede interpretar o explicar algo que aún no lo han intuido, no lo han percibido como una conmoción al alma. El proyecto nace y se nutre de esas fotos incomprensibles que uno disfruta haciéndolas. Luego se va delineando el discurso visual, en la edición posterior.


Haití © Alex Webb

Recuerdo también como trabajaba Alex Webb en países en tensión social como México o Haití intentando fotografiar todo lo que ante sus ojos (y su cámara) era de interés por más insignificante que fuera. Webb no interpretaba, sólo se dejaba llevar por el interés de fotografiar. Luego saltan, en la edición, los detalles significativos que hablan por sí solas del discurso, de la melodía oculta de la calle.


Haití © Alex Webb

México © Alex Webb


Las fotografías no merecen ser explicadas como si se tratara de un libro abierto de matemáticas. Las imágenes tienen que suministrarte esa pizca insospechada de misterio, de algo sin resolver y que inexorablemente te llevan a tu yo interior como un recuerdo brumoso.

Hasta pronto!


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miércoles, 25 de noviembre de 2015

Planos inesperados


Una parte sumamente importante a la hora de crear una imagen es cómo me ubico con la cámara y lo que deseo componer. Este momento es crucial ya que la acertada elección del plano generará desde el vamos, un plus a la composición elegida.
No me canso de repetir que mirando las imágenes de grandes fotógrafos, se aprende  y mucho en esa dirección y, en este caso particular, el uso de planos.

En estas líneas deseo hablar de algunos ángulos que el fotógrafo realiza con la cámara con respecto al sujeto u objeto de interés, que yo llamo "planos inesperados ". Y que le otorgan a las imágenes mucho movimiento, espectacularidad y por supuesto, transforman una escena cotidiana en algo extraordinario. Inusual.
“Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas” señalaba Aleksandr Rodchenko en 1928.



Y para ello, recurrimos a los grandes para esta clase práctica, muy visual.
Entre los grandes grandes maestros de planos inesperados, no puede faltar André Kertesz en este inventario.

Cenital © André Kertesz
 Cenital © André Kertesz
 Picado © André Kertesz

Contrapicado © André Kertesz
Cenital © André Kertesz


Ni tampoco Walker Evans

Cenital © Walker Evans


O Francesc Catalá Roca

Plano Cenital © Francesc Catalá Roca


En color, grandes maestros de planos inesperados como Bruno Barbey y Ernst Haas por citar algunos, siempre me maravillaron con sus aportes.

Plano Cenital © Bruno Barbey

 Cenital ©  Bruno Barbey

 Contrapicado © Ernst Haas

 Nadir © Ernst Hass

Nadir © Ernst Haas

Los ejemplos visuales son muchos. Espero seguir hablando de este tema no sólo en fotografía, también en cine donde hay muchísimos muestras que pueden servir como estímulo.
Les mando un abrazo!
hasta pronto!


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lunes, 23 de noviembre de 2015

Luz, oscuridad, minimalismo


"El oído es mudo, la boca está sorda; pero el ojo percibe y habla. En él se refleja, desde el exterior, el mundo y, desde el interior, el hombre”

de mi proyecto Colores Humanos. Figueres 2012 

Goethe con una cámara en sus manos, no habría dudado en realizar imágenes a color (si la tecnología se lo hubiera permitido a principios del siglo XIX) y tampoco hubiera dudado en realizar fuertes claros oscuros y así dotar a sus imaginarias fotografías de ciertas atmósferas como la frase escrita al principio de este post.


El triángulo de Goethe

Este gran poeta, novelista y científico alemán investigó el color de una manera obsesiva y lo sintetizó en un famoso triángulo que lleva su apellido. “Probablemente es el sistema más condensado y claro de presentación de un orden esencial dentro del vasto mundo del color” señalaba Josef Albers, un prestigioso profesor de la Bauhaus. “Dentro de las dos dimensiones de un triángulo equilátero, hay tres primarios, 3 secundarios e, inesperadamente, 3 terciarios, todos ellos muy sensatamente colocados”


Y Goethe también señalaba que el color comienza a aparecer en el límite entre la luz y la oscuridad. 


© Harry Gruyaert

La luz es materia y la oscuridad espacio, y en esa oposición permanente, nacen los colores tal como los describió en ese famoso triángulo, fundamental para entender el orden esencial del color en nuestro entorno.

© Fred Herzog

Siempre me ha gustado observar imágenes con esos difusos límites donde la luz y la oscuridad corretean absolutas; y en donde se generan ciertos minimalismos tan atractivos que se potencian con la utilización de colores más fuertes (ubicados a partir de los vértices con sus variantes cromáticas) del triángulo de Goethe.


© Ernst Haas

Toda una lógica para entender como utilizar el color en ciertas composiciones y potenciar aún más donde se materializa la luz cuando choca con ciertos objetos.
Y también, toda una lógica,  para poder maravillarnos con el color y la vida.



© Costa Manos
Hasta pronto!



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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Escasas gotas de cultura visual

En una entrevista reciente a Pedro Meyer, uno de los referentes más importantes de la fotografía en México, señaló algo que no me sorprende sobre la actualidad de la fotografía: “hoy todos somos fotógrafos, pero con una cultura visual escasa”
Desde mi punto de vista, parece una falacia que eso ocurra, en una época en donde lo visual está en su apogeo. Y comprendo la visión de Meyer que apunta ese escepticismo, especialmente al devenir visual en las redes sociales.
En este sentido, señala que “quizás el mayor problema de la comunicación es que no escuchamos para comprender sino que escuchamos para responder. Eso altera la naturaleza de las conversaciones. Si comparto una foto o un texto da lo mismo, no nos interesa el diálogo sino ganar puntos con el ataque o la ocurrencia”.
A mi me gustaría apuntar esa escasa cultura visual a través de los entusiastas de la fotografía y no en los que abusan de los “mensajes visuales” por las redes. Y allí también existe una disfunción.

de su serie: calle Serrano. Madrid © Gonzalo Juanes

Este año ha sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía © Juan Manuel Castro Prieto

Para los que incursionan en la fotografía desde hace rato o comienzan a incursionar en ello:  una idónea manera de educarse es mirar el trabajo de los grandes. Es una herramienta útil para entender ese sentimiento por escribir con la luz. Ningún manual de técnicas o de metalenguaje (como me gusta llamar a los libros que te explican fotografías) te transmitirá las emociones que solo una imagen puede transmitir. Y allí está el secreto de este oficio, su lenguaje intrínseco. Si aprendes a mirar a los grandes, tienes una buena parte de la cultura visual ganada.

© Nicolás Muller

Me gusta mantener viva la memoria colectiva de los grandes fotógrafos. Lo vengo haciendo desde el primer día en este blog. Espero que entiendan, mis expectativas. Deseo lo mejor para este degradado oficio y lo vemos a diario.
Por eso, quiero compartir con ustedes un video que es un verdadero manual de composición a cargo de un gran ojo como era Dziga Vértov y su película El hombre de la cámara con música de The Cinematic Orchestra. Espero que lo disfruten y observen con atención,  su narrativa documental.



Hasta pronto!


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lunes, 16 de noviembre de 2015

Fotos para recordar, no para comunicar

© Tony Ray-Jones

Siempre vuelvo a Tony Ray JonesPor supuesto que siempre lo hago a través de sus maravillosas fotografías, como la de acá arriba, que tanto me enseña en composición.
Pero también vuelvo por lo que escribía en sus cuadernos de apuntes que siempre lo acompañaban en sus paseos fotográficos. Y,  en especial, unos papeles en los que daba consejos para mejorar como fotógrafo.


imagen de sus consejos que aparece en sus cuadernos de apuntes



Me quiero parar en un consejo que decía:  Don´t shoot too much (no hagas demasiadas fotos) y ello, mitad proclama y/o mitad deseo del fotógrafo inglés,  tiene varias lecturas implícitas y me gustaría reflexionar un poco en voz alta.


© Tony Ray-Jones


No hay dudas que esos “consejos” los decía en la época en la cuál trabajó como fotógrafo (década del ’60 del siglo pasado) donde  no todo el mundo hacia fotografías o era fotógrafo. Y no todo era cultura visual como es en la actualidad;  y por sobre todas las cosas, el papel de la fotografía tenía más que ver con cuestiones de recuerdos familiares o instrumento de la memoria colectiva y no, en lo que se ha convertido en la actualidad: un lenguaje de comunicación.


© Tony Ray-Jones


Pero en medio de todo eso, Ray Jones al prevenirnos que no debemos tomar demasiadas imágenes, lo hace emparentado con la función “de recordar” que está por encima de comunicar todo, de describir todo.
Ese consejo me da pie para pensar en que hay que tener una pausa antes del acto fotográfico por más mínima que sea. Para organizar mejor la composición, para pensar en sugerir más que en ser descriptivo y, lo importante, poder   ver  con  nuestros  propios  ojos.

Si, queridos lectores…intentar observar sin cámara adelante, hoy en día parece un sacrilegio. Y si lo intentan, verán que no todo se convierte  en un continuo metalenguaje de la vida. 
De esa forma, realizaremos menos fotos, aprenderemos a contemplar (o recuperar ese don…) y haremos algo distinto de los millones y millones de imágenes que se hacen a diario. O por lo menos lo intentaremos para disfrute personal y por amor a la fotografía.
Les pongo un ejemplo de ello. Hace poco visité el Vaticano y cuando me propuse mirar la increíble cúpula de San Pedro sin hacer fotos; pasó algo que me hizo acordar nuevamente a Tony Ray Jones. Durante esos benditos 5 minutos mirándola casi sin pestañear, centenares de turistas hacían todo lo contrario. Sólo la miraban a través de los dispositivos móviles o cámaras. Y luego se iban. 


debe ser la única persona que durante esos minutos, miraba directamente la cúpula. Es por eso que la fotografíé. 

 Algo parecido me pasó en el Coliseo o en otros lugares muy turísticos. La gente casi no mira con sus propios ojos, la exuberancia de la vida. Sólo busca documentar: aquí estoy yo en este lugar.

Roma, 2015 © Marcelo Caballero

¿A ti te gusta hacer menos fotos?. Bueno…por ahora lo dejamos ahí.
Hasta pronto!




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miércoles, 11 de noviembre de 2015

Meyerowitz habla de Nanny


© Vivian Maier

Ella tenía una especie de secreto ahí abajo.


© Vivian Maier

La cámara fotografiaba desde abajo y ese ángulo le dio a sus imágenes una especie de imponente magnitud.


© Vivian Maier

Hay un típico hombre de la calle, ¡pero tiene un poder y una dignidad!... está parado allí y la mira. Si tú ves sus ojos, él está observando directo a su cara. Probablemente ella estaba mirando hacia abajo, enfocando y de pronto, lo observa directamente y cliquea.


© Vivian Maier

Los fotógrafos callejeros tienden a ser sociables en el sentido que pueden salir a la calle y hacer sentir cómoda a la gente. Es una mezcla entretenida pues son seres solitarios y al mismo tiempo deben ser sociables.Tú observas, aprovechas y captas el momento pero tienes que apartarte y tratar de ser invisible.


© Vivian Maier

Tienes que tratar de dibujar con la evidencia que tienes, cierta comprensión del individuo.


© Vivian Maier

Creo que sus fotografías muestran una ternura, un estado de alerta a las tragedias humanas y esos momentos de generosidad y dulzura.


© Vivian Maier


Yo la veo como una persona increíblemente observadora, cuidadosa. Y eso probablemente sea porque era una Nanny y por ello tenía esas capacidades.


© Vivian Maier

Ella podría haber llegado al final de su vida y haber pensado: ¿porqué no traté de conseguir un trabajo por ahí?. El carácter de algunas personas les impide empujar lo que es necesario para conseguir un trabajo. Tu sabes, ella no se defendió a si misma como una artista. Sólo hizo su tarea.


© Vivian Maier

Creo que se impuso una regla sobre su trabajo, en el sentido que era algo secundario. Pero yo no lo siento como algo así. Cuando miro las fotografías, siempre siento que es algo primario.


© Vivian Maier

Mientras ella fotografiaba, estaba mirando lo cerca que podía aproximarse en el espacio de una persona totalmente extraña y conseguir que posara pero que siguieran siendo ellos mismos.

Extractos de la entrevista a Joel Meyerowitz incluida en Finding a Vivian Maier (Subtitulado en castellano, 2013)

Hasta pronto!


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lunes, 9 de noviembre de 2015

Efecto shibui

Cuenta el periodista Ashley Khan que cuando escucha Kind of Blue de Miles Davis “siempre me viene a la mente una fotografía de revista que recorté hace años, de unas hojas de arce asomando a través de una valla de bambú desgastada, con la leyenda:  Cuando la belleza alcanza una gran sutileza, los japoneses llaman a este efecto shibui…elegancia contenida".
Y el mismo autor explica que el término shibui no tiene un equivalente preciso en inglés o en castellano pero aclara que es como un efecto, no un atributo de una pieza musical o una imagen sino perteneciente al propio acto de apreciación.
Más allá de todas las reglas implícitas que tiene el lenguaje fotográfico, el acto de apreciación escapa a un análisis analítico y explora,  la intensa reacción emocional y complicidad entre una imagen y quien la observa. Un momento, más íntimo,  aparentemente azoroso e impredecible.
Y cada uno de nosotros entabla relaciones emocionales diferentes con las imágenes preferidas y en este post, quiero mostrar algunas que me produjeron ese “efecto shibui”.


© Sergio Larraín

Siempre vuelvo a esta imagen de Sergio Larraín que pertenece a su libro London. Es misteriosa, enigmática y cada vez que me hallo en algún lugar y hay neblina, me viene a la cabeza esta estupenda fotografía del gran maestro chileno.


de su libro Los Americanos © Robert Frank

Siempre que viajo y siento la libertad de la incertidumbre pienso en esta foto de Robert Frank. Me conmueve la infinitud que me transmite.



de su libro Gypsies © Josef Koudelka

Cada vez que pienso en la magia, en esos momentos un tanto esotéricos, me acuerdo de esta imagen de Josef Koudelka y quedo suspendido como esa bola en el horizonte.



Ruta 66, Albuquerque, Nueva México 1969 © Ernst Haas

No sé como explicarlo, pero siempre que me tropiezo con una luz especial, por ejemplo luego de una gran tormenta; me viene a la cabeza esta fotografía de Ernst Haas que sirve de inspiración en el color.


de su libro Pisadas Sonámbulas © Navia

Me reconozco en esta imagen de Navia como una presencia difusa que se deja llevar por los recuerdos junto al mar. Cada vez que la miro, me recorre una sensación de melancolía difícil de cuantificar.


© Henri Cartier Bresson

Que decir de esta imagen que conocí antes que a su famoso autor: Henri Cartier Bresson. Y como a muchos nos ha pasado, esta fotografía es como parte de mis mejores recuerdos de infancia. Y es algo que tampoco se puede explicar con palabras.


© Harry Gruyaert

Hay algo de esencia, de sugerencia, de huellas festivas que, muchas veces me llevan a esta imagen de Harry Gruyaert.  Es como una emoción contenida de alguna fiesta de pueblo que ya ocurrió o que ocurrirá. Algo también ligado a la infancia tantas veces perdidas.


En una ocasión, luego de escuchar una grabación del Concierto para la mano izquierda y orquesta de Ravel interpretado por Arturo Benedetti Michelangeli,  Miles Davis señaló que "cuando toca, lo hace como si no tuviera que volver a tocar esto nunca jamás". Y algo de todo ello, me pasa a mi como a todos nosotros cuando nos encontramos con esas fotografías que dejan un efecto "shibui" en nuestros corazones. Y esa virtud es parte del lenguaje de la vida.
hasta pronto!


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