Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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miércoles, 28 de octubre de 2015

El camino hacia lo esencial

© Nils Jorgensen

Creo que un gran desafío de la fotografía urbana a color (aparte de la creación de proyectos interesantes y diferentes) es tener la capacidad de reducir todo a lo esencial e intencionadamente, saber excluir lo que no aporta o minimiza la potencia visual original.

© Nils Jorgensen

No lo encuentro en muchas de las fotografías que veo hoy en día. Y lo digo desde la abundancia, desde el tsunami visual en el cual vivimos.


© Siegfried Hansen

El fotógrafo colorista atento al encuentro de elementos visuales potentes, no siempre consigue la completitud a través de lo esencial. Un camino más arduo que la complejidad.


© Rafa Badia

Esa extraña capacidad de generar emociones a través de lo justo en líneas, en proporciones, en escasez de color realza la capacidad del fotógrafo a ser más un acompañante de la imagen y no,  un protagonista responsable de la espectacularidad de la foto.


© Jontxu Fernandez


Desde mi punto de vista, ese minimalismo, esa escasez le otorga protagonismo al ritmo visual y el fondo (muchas veces dejado de lado por la búsqueda del instante decisivo) sobresale en su segundo plano, se despega desde lo sugerente. 


© Alberte Pereira

Espero que la escasez de palabras también haya sido útil para centrarnos sólo en el lenguaje visual.
Hasta pronto!



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lunes, 26 de octubre de 2015

Más ligado a las tripas que a la cabeza

En el mundo de las instantáneas,  la espontaneidad es fruto de la improvisación y eso escapa a cualquier explicación y encierra el secreto de la emoción que transmite una buena imagen.
El que mejor se acerca con palabras al significado de todo ello, (¡vaya contradición!) es la del gran pianista de jazz, Bill Evans que en la contratapa del disco de vinilo de Kind of Blues (Columbia 1959) de Miles Davis dijo lo siguiente:  “Existe un arte visual japonés en el que el artista está obligado a ser espontáneo. Tiene que pintar en un pergamino delgado extendido con un pincel especial y pintura negra de acuarela, de tal manera que un brochazo forzado o interrumpido destruirá la línea o atravesará el pergamino.”
Luego Evans, añade un plus…“estos artistas deben practicar una disciplina específica, la de permitir que la idea se exprese a sí misma en comunicación con sus manos de forma tan directa que no puede interferir la deliberación”.
Y allí entra en juego, la intuición que necesita el creador visual (y da lo mismo tener un pincel o una cámara) para tomar una instantánea en el momento adecuado.
Serán cosas del azar o de la intuición tal vez; pero mientras pensaba en todo ello el fin de semana pasado,  me encontré (un poco tarde porque fue publicado en el 2005) con Paradiso del fotógrafo italiano Lorenzo Castore.

© Lorenzo Castore

© Lorenzo Castore



Confieso que sus imágenes se clavaron en mis retinas (como me pasó con Half Life de Michael Ackerman).


© Lorenzo Castore

Las imágenes de Castore me transmitieron una suerte de emoción contenida y de misterio, gracias a la estética utilizada, al sutil desenfoque y movimiento de cámara empleado.


© Lorenzo Castore

 Pero por sobre todas las cosas técnicas, Castore tiene esa intuición tan necesaria de la  que tanto habla Evans en su intento por descifrar momentos  más ligados a las tripas que a la cabeza. 
Hasta el miércoles!



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miércoles, 21 de octubre de 2015

Las formas tienen caras de color

“La ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en las astas de las banderas, en las antenas de los pararrayos…” Italo Calvino.  Las ciudades y la memoria 3. Las Ciudades invisibles

Anoche mientras leía estos deliciosos párrafos de ItaloCalvino, me puse a pensar en lo que incluimos y en lo que excluimos al realizar una fotografía. Y en mi caso especial,  como un apasionado estudiante de fotografía que soy,  intrigado por el color y las formas geométricas.
A los que nos gusta  disfrutar de hacer fotografías (o “quitar” como dicen los gallegos)  y que lo pensamos todo en color;  organizamos rápidamente la escena a componer,  a través de ciertas masas coloreadas que nos llaman la atención. 


Las Palmas de Gran Canaria 2014

Y partir de allí viene el resto.
Con mucha práctica, hilar imaginariamente ciertas formas geométricas (recuerden que el gran secreto de todo esto está en los interminables paseos callejeros y equivocarse mucho. Así, creo que uno aprende). Dicen los entendidos que la forma más natural es el triángulo. Eso da a la composición profundidad, dinamismo y planos. Así dicen los especialistas y creo que tienen razón. A mi me da resultados.


Plaça Sant Jaume, Barcelona 2015




Ahora tomaré el ejemplo de un gran fotógrafo italiano: Franco Fontana que utiliza magistralmente las formas geométricas en función del color.


© Franco Fontana

© Franco Fontana

De esa manera, Fontana crea paisajes abstractos de los espacios urbanos muy a la idea de las ciudades invisibles de Italo Calvino.


© Franco Fontana

© Franco Fontana

Vale como inspiración visual este fotógrafo, pero vale más aún como interacciona los colores y le otorga un protagonismo esencial a las formas geométricas. Algo a tener en cuenta para los que nos gusta la fotografía a color.


© Franco Fontana

© Franco Fontana
Hasta pronto!


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lunes, 19 de octubre de 2015

Cuestiones de lenguaje

Vaticano durante  el anuncio del nuevo Papa. 2013. Foto: AP

Para no pecar de apocalíptico con lo que voy a hablar en este post;  una nota publicada ayer en El Pais,  me dejo bastante satisfecho porque es lo que yo pienso y que , más o menos, es el camino que está tomando en la actualidad el hacer fotos para la gente.
Javier Sampedro, el autor de esta interesante nota,  señala en uno de los párrafos finales que “la gente, sobre todo el público joven, utiliza la fotografía no ya como registro gráfico, o como sustituto de la memoria; sino como un lenguaje de comunicación”.
Y aquí me quiero parar un rato.
La fotografía es como todo lenguaje social,  una herramienta de interacción humana y por consiguiente de comunicación social. Pero el problema es que si nos quedarnos solo en ese estadio, la consecuencia más inmediata es la vulgarización del lenguaje fotográfico. Algo que ocurre con el uso casi obsesivo que se hace del móvil en cualquier entorno. 
La semana pasada pensaba en ello mientras observaba (sin hacer fotos) la magnificencia de la cúpula de San Pedro en el Vaticano, mientras por delante y por detrás la gente hacía fotos con los móviles sin preocuparse por contemplarlo sólo con los ojos. Lo importante era mirar la cúpula a través del móvil. Un detalle que cada vez me fastidia más y me lleva a seguir en mi tesitura de no tener un móvil inteligente. 
Sin ir más lejos, el otro día me encontré en las redes sociales con la publicidad de un taller de fotografía de calle que se vendía como un workshop cuyo objetivo fundamental era hacer imágenes callejeras como algo terapéutico y “no importaba la nitidez y la técnica”. De esa manera, seguimos apostando por una fotografía más ligada a razones comunicacionales. Y no está mal, sólo que nos olvidamos de lo más importante: que es un documento con sus reglas internas de composición visual y por ello se merece un respeto como un lenguaje autónomo más allá del comunicacional.
Un tema para debatir y del que no veo soluciones aparentes ante el tsunami de imágenes que llenan las redes sociales cada minuto.  Al final de la nota, Sampedro dice: “Hacemos demasiadas fotos? No; pensamos poco.” Y allí tenemos un problema de difícil diagnóstico.

Hasta pronto!


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viernes, 16 de octubre de 2015

La disposición del color

Desde hace un tiempo, vengo hablando en los post de Miradas Cómplices de ciertas variantes de la composición, de la simetría, de la importancia del fondo, de las formas geométricas.
Hoy quiero realizar algunas aproximaciones a la estética:  a través de la disposición del color y su interacción con la luz. 
Para ello tomaré como ejemplo el trabajo de dos fotógrafos como Boris Savelev y Manuel Ibañez que me interesan sobremanera para estas observaciones;  ya que intentan realizar este tipo de imágenes, incluyendo o excluyendo ciertos elementos en función únicamente del color.  El resto queda superditado a esta jerarquización. Me refiero a formas, líneas o perspectivas por citar algunos elementos vitales de este juego visual.


de su trabajo The Soul of the City © Manuel Ibañez


1978 © Boris Savelev

En la calle casi no tenemos tiempo para pensar y en muchos casos, el fotógrafo se deja llevar por su capacidad intuitiva. Una forma de anticipar ciertas fotografías es saber ordenar ciertos colores poderosos en especial los colores primarios (hago hincapié en la gama de los rojos). 


de su trabajo The Soul of the City © Manuel Ibañez

© Boris Savelev

Y así de esta forma,  la composición va tomando  una completitud que al autor le interesa. Aunque no es una instancia simple. Se debe trabajar y mucho en la calle para lograr este tipo de ordenamiento con un alto grado de esteticismo.


de su trabajo The Soul of the City © Manuel Ibañez

También hay que utilizar el color en su justa medida. No edulcorar (porque puede tapar la verdadera esencia de la imagen).


© Boris Savelev

Sintetizar es crucial para lograr una imagen contundente. Yo siempre lo comparo con el jazz modal: desarrollar todo a través de dos o tres tonos (color en la fotografía) y a partir de allí, empieza la improvisación visual. La calle es un ámbito de mucha improvisación y eso los buenos fotógrafos urbanos lo saben perfectamente.


de su trabajo The Soul of the City © Manuel Ibañez


Debo mencionar algo que ya hablé en otros post:  el fotógrafo sale a la calle para encontrarse con esas imágenes que ya tiene en la cabeza. En esa instancia, entra en juego el conocimiento visual que cada autor tiene naturalizado y así ve el mundo y por supuesto, con la personal jerarquía de colores.


© Boris Savelev

Hasta pronto!


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miércoles, 14 de octubre de 2015

La chispa de Euclides


Luego del taller intensivo que impartí en Roma el fin de semana pasado, estoy cada vez más convencido que la fotografía urbana es una cosa seria y que se la debe tratar como tal para poder avanzar en este áspero pero cualificado laberinto de composiciones,  geometrías, simetrías y buenos momentos.

© Yasuhiro Ishimoto



Pero como dice Carlos Spottorno en una entrevista: “saber escribir la lista de la compra no nos convierte a todos en escritores”. Una frase, muy acertada por cierto,  que me hace pensar en el anárquico ruido visual en el cual vivimos en las redes sociales que ya tocó su techo;  y porque también encierra “la caja de Pandora” de esta práctica: una voluntaria evolución hacia narraciones visuales con criterio al que no llega todo el mundo.
Todo esto es un tema al que ya tiempo que lo vengo reflexionando pero que ahora lo hago en voz alta. 
En los talleres, especialmente en los realizados este año, ya no me concentro en hablar exclusivamente de grandes fotografías de grandes fotógrafos. Sino en composiciones que deriven en  conjuntos visuales coherentes y bien formulados para no caer en lo mismo de siempre. 
Ya sabemos lo que pasa. Todo se convierte en rutina y la práctica urbana deja de ser atractiva para convertirse en un lugar común lejos de la fotografía como yo la entiendo.
Un ejemplo de todo esto que, desde mi punto de vista,  puede verse como una inspiración,  es la serie “Pictus Interruptus” de Ray Metzker.


Mykonos 1979 © Ray Metzker

© Ray Metzker

Este trabajo realizado entre 1976 y 1980 intenta narrar visualmente,  utilizando un pedazo de papel, madera u otro objeto; y mantenerlo en primer plano, un tanto desenfocado; mientras realiza una instantánea y así crear con formas simples y líneas,  una tensión, un díptico simultáneo,  entre la representación fotográfica y la abstracción.

© Ray Metzker

© Ray Metzker

Sin dudas, este gran fotógrafo americano,  desafió la noción tradicional de la fotografía documental de esos años.  

© Ray Metzker


Supongo que este tipo de trabajo puede llegar a ser una motivación extra para un tipo de fotografía que no busca asentarse en el clásico reportaje y que sólo desea ubicarse con firmeza en la periferia de este formato fotográfico .

© Ray Metzker
Hasta pronto!



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miércoles, 7 de octubre de 2015

Hay que salvar al librero


A propósito de una nota publicada en el diario El Pais el 4 de octubre pasado: Salvar al “soldado librero”, me pregunto cuál será el futuro de los librerías, de los libros. Algo dificil de explicar en pocas líneas pero viendo el comportamiento de dos grandes ciudades con gran tradición en libros y editoriales como Barcelona o Buenos Aires, puedo hacer algunas observaciones. 

© André Kertész

Carles Geli, el autor de esta nota ( recomiendo que la lean) comenta  que una delegación del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) está estudiando el modelo parisino oficial de protección de librerías.  Algo que la cartera catalana observa con lupa para llevarlo a Barcelona a mediano plazo y “ preservar estos comercios culturales de la garra bien visible de la especulación inmobiliaria y el monocultivo comercial que las está borrando de las calles del centro de la ciudad”.


© André Kertész

La idea me parece extraordinaria teniendo en cuenta que Barcelona aprieta para ser Ciudad de la literatura y formar parte de la red de Ciudades Creativas de la Unesco.


Plaza Italia, Buenos Aires

Después de varios años de ausencia, hace poco estuve en Buenos Aires y lo que más me llamó la atención fue la gran cantidad de florecientes librerías en el centro de la ciudad. Algunas convertidas en bares culturales; y otras, recicladas en grandes teatros como el Ateneo.


Librería El Ateneo, Buenos Aires


Algunos datos ayudan a entender este fenómeno. Buenos Aires siempre ha sido una ciudad con muchas librerías y se preserva ese patrimonio. Es la ciudad con más librerías en el mundo en relación al número de habitantes. Cuenta con 25 librerías por cada 100.000 habitantes según un estudio reciente del Foro Mundial de Ciudades Culturales. Además, ahora, se le da impulso a los libros nacionales y existen muchas restricciones impositivas a libros importados especialmente los de fotografía.  Históricamente, Argentina ha fomentado la industria editorial con beneficios impositivos, los libros no tributan IVA ni ingresos brutos.


Librería El Ateneo, Buenos Aires
 Un promedio de 7000 personas por día visitan la librería El Ateneo y según el diario The Guardian es la segunda mejor librería del mundo. 
Datos que me ayudan a pensar que el futuro no será tan apocalíptico a pesar de la irrupción de los tablets, ebooks o cualquier dispositivo digital. Al fin y al cabo lo que cuenta es disfrutar del placer de leer y tener en algún lugar de la ciudad, a un librero simpático y entendedor de las buenas experiencias de la lectura. Aún creo en todo ello. 
Hasta pronto!



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lunes, 5 de octubre de 2015

Cuestiones de fondo


El fondo “no forma la parte importante de la escena pero condiciona la imagen, sobre todo en color...y cualquier trozo de color puro cobra un protagonismo exagerado” señala el fotógrafo español Cristobal Hara en una entrevista publicada en Dalpine.
Vale la pena profundizar sobre esta idea de Hara. Y lo subrayo, debido a que últimamente observo  que ,  muchos entusiastas de la fotografía urbana actual, se olvidan de ello,  en función de la escena principal. Y el fondo ( principalmente en el color) no es sólo un lugar de contexto azaroso sino que su carácter cromático incide en la narración visual de la imagen de una manera directa. Y en eso hay que reflexionar.
“Yo trabajo de atrás hacia adelante – dice Hara en la presentación de sus talleres – no de adelante hacia atrás. Hago todo lo contrario de lo que hay que hacer en fotoperiodismo. De hecho, si me tocara cubrir una manifestación, iría mucho antes a explorar la zona para tener los fondos controlados y esperaría a que los manifestantes y los policías se pegasen en los fondos que yo he elegido”.


Un ejemplo es la tapa de su libro Vanitas donde primero eligió el fondo y luego espero a que pasara la protagonista de la foto.



Es tan importante el fondo que el cineasta y fotógrafo Wim Wenders, antes de comenzar el rodaje de  su famosa película Paris Texas, salió a fotografíar fondos en lugares donde haría el film,  cautivado por la luz saturada del paisaje desértico del sur de Estados Unidos.


imagen incluida en su libro Wim Wenders: Written in the west. Revisited


Tomemos algunos ejemplos de grandes maestros del color para apreciar el valor del fondo cromático,  que emerge con un valor agregado y le da un plus semántico importante a la escena.


© Jeff Jacobson

© Mark Cohen
© Harry Gruyaert

© Alex Webb

© Costa Manos

Hasta pronto!


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