Miradas Cómplices
constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.
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lunes, 13 de febrero de 2017
La fotografía es cosa de automóviles
De alguna manera, con un desfasaje de pocos años, la irrupción de las cámaras de 35 mm. (livianas, discretas) coincidió con la aparición generalizada de los autos por los calles de cualquier ciudad. De esa manera, los automóviles se convirtieron en iconos urbanos por excelencia y, desde la perspectiva que ofrece el tiempo, se revaloriza su inclusión como documento de época.
Uno de los primeros fotógrafos documentales que entendió su importancia fue
Walker Evans
.
Los utilizaba como fondos en sus composiciones,
New York 1929 (c) Walker Evans
o inclusive los retrataba para entender su evolución en un país en una grave crisis como la Estados Unidos de los años '30.
1936 (c) Walker Evans
o como señal de distinción social
1932 (c) Walker Evans
Los autos, con el tiempo, se convirtieron, para algunos fotógrafos, en herramientas necesarias para hacer realidad ese sueño del “viaje iniciático”. El “ir en auto por la ruta” fue el salvo conducto inspirador para fotógrafos como
Robert Frank, Bernard Plossu, Joel Meyerowitz
o
Lee Friedlander;
y así dar dar rienda suelta a la fotografía de carretera.
1955 (c) Robert Frank
Mucho tuvo que ver en todo esto, la irrupción de star systems de Hollywood como, por ejemplo,
James Dean
0 escritores díscolos como
los beatniks
que estimularon en el imaginario colectivo la noción del viaje en auto como una temática a explorar con una cámara.
Grecia 1967 (c) Joel Meyerowitz
Películas de alcance global como
Easy Rider
,
Bonnie y Clide
o, más adelante,
Paris Texas
, ayudaron a catapultar como discurso visual al auto en viaje con fotógrafos.
ruta 66 USA (c) Bernard Plossu
“
Acabo de poner los coches en el mundo, en lugar de un pedesta
l” comentaba Friedlander en 1964, luego de recorrer todo Estados Unidos en automóvil.
1964 USA (c) Lee Friedlander
Para él era más interesante, retratarlos en espacios de tránsito, junto a tiendas baratas y de comida chatarra que en lugares seductores.
Detroir 1963 (c) Lee Friedlander
Por otro lado, la presencia de los automóviles para
Garry Winogrand
siempre encierra una atmósfera de una gran carga psicológica.
Houston 1964 (c) Garry Winogrand
Y de su ausencia también.
Alburquerque 1957 (c) Garry Winogrand
Luego, en los ’70 del siglo pasado, el automóvil tomó color a través del ojo de
William Eggleston
que lo elevó a la categoría de identidad, como es el caso de la americana.
Mississippi 1970 (c) William Eggleston
Algo que también logró darle
Raghubir Singh
al Ambassador en la cultura india.
Uttar Pradesh, India 1977 (c) Raghubir Singh
Como ven, los caminos de la fotografías se cruzan permanentemente con el automóvil. Por eso, es más fácil hablar de algún fotógrafo clásico que todo lo que se hizo que daría para una colección de libros.
En este sentido, me gustaría nombrar por último a
Harry Gruyaert
. Para quien los automóviles siempre funcionaron como un elemento más en sus imágenes cinematográficas, con una luz especial y color.
(c) Harry Gruyaert
El sábado pasado se inauguró una expo de Gruyaert en
Amberes
titulada:
It’s not about cars
(No se trata de coches) y para los que gusten de sus fotografías pueden hacerse de un
catálogo de esta expo
que bien vale la pena. ahhh...y firmados por el autor...quedan pocos ejemplares....
(c) Harry Gruyaert
Hasta pronto!
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