Hace unos días me compré una novela que, al principio me
cautivó por su nombre: El fotógrafo de Dios (Editorial Norma, 2009).
Y luego de hojear las primeras páginas descubrí que la historia novelada en el libro tenía un gran parecido argumental
con la vida de Sergio Larraín, el reconocido y misterioso fotógrafo chileno
que alguna vez perteneció a Magnum y luego se hundió (o lo hundieron) en un
insólito anonimato.
Así, entre sus hojas, descubro a Manuel Ritjman, el personaje central, creado
por la hábil pluma del escritor Marcelo Simonetti (Valparaíso, 1966), y que representa a un fotógrafo solitario, sin
familia y con una historia de tragedias familiares. De esa manera, Ritjman se embarca en la
búsqueda de un tal Santiago Larrea (Sergio Larraín en la ficción).
Pasaje Bavestrello, Valparaíso 1952 © Sergio Larraín |
“Quería
escribir un libro de otro “desaparecido”: el físico italiano Ettore Majorana…..en
medio de la investigación me quedé sin libro. En medio de la frustración se me
apareció una foto de Larraín, la de las niñas que bajan por el Pasaje
Bavestrello, donde yo viví de niño. Ahí me decidí a escribir la historia”
comenta el autor chileno que en el 2005
obtuvo el Premio Casa de las Américas por su primer novela: La Traición de
Borges.
El argumento del libro es el siguente: resulta que Ritjman, como si se tratara del mismísimo
Sherlock Holmes, junto con su compañero Burt Rodriguez buscan, por encargo de un coleccionista, una
foto. Una imagen capturada por Larrea (Larraín) que supuestamente retrató a Dios.
Londres 1959 © Sergio Larraín |
Sin embargo, el principal obstáculo es encontrar a Larrea. Nadie sabe dónde vive ya que le dio la espalda al mundo y se
dedicó a la búsqueda espiritual.
Londres, 1959 © Sergio Larraín |
El juego de ficción y no ficción tan presente en la novela,
justamente es lo que me fascinó desde siempre de las fotografías de Larraín. Y
en especial, por una fotografía capturada en París (que aún no conozco) y del imprevisto que ocurre
dentro del encuadre que hábilmente Julio Cortázar llevó a un cuento (Las Babas
del Diablo) y, luego, Michelángelo Antonioni le puso imagen a través de un icono del
pop fílmico: Blow Up.
Una novela que recomiendo para los seguidores de Larraín y por sus míticas historias.
Por lo que se sabe io se lee lo de larrain fue voluntario y mas en una epoca y en chile en donde la fotografia no tenia mayor importancia si lo miramos por el lado artistico de ser asi el hundirlo etc etc no hubiese aconsejado a su sobrino sobre la fotografia.
ResponderEliminaryo asumo que lo hundieron, ya que después de que falleció, hicieron una playa de estacionamiento en el patio de su casa. Y nadie fue capaz de convertir ese lugar en un museo. Y esa es la actualidad. Nadie es profeta en su tierra por lo que veo.
EliminarLa casa la habran vendido y por publicar un par de libros de fotografia no van a hacerte un museo marcelo y es posible que no conozcas mucho la mentalidad de la gente bien de chile y me da la impresion que la fotografia no significa lo que significa para los fotografos de otros lugares mas la pelicula como blow up y tantas cosas que a los fotografos le llaman la atencion en chile la fotografia cuando el volvio debia de ser algo minoritario pero elevado al cubo ahora el asunto puede ser distinto pero sin larrain al mundo de la fotografia no le hubiese pasado nada se sublima a larrain y a decenas de fotografos quizas demasiado misticismo y filosofia oriental ayudaron aqui algo que puede aclarar su personalidad y la realidad para la gente a la que socialmente pertenecia larrain lo que el hacia producia dinero ?
ResponderEliminarhttp://www.capital.cl/poder/sergio-larrain-echenique-el-cazador-oculto/