En la década de los
noventa del siglo pasado, Cuba estaba en su climax de apogeo visual. La llegada de nuevos aires capitalistas post
muro de Berlín hicieron que muchos fotógrafos dirigieran su mirada a esta isla
caribeña tan llena de luces pero también de contrastes.
Quizo el destino que en
la misma época que el fotógrafo de Magnum y de National Geographic, David Alan
Harvey publicara su famoso libro Cuba (1999); otro fotógrafo llamado Bela Doka, menos conocido que su par norteamericano pero no
por eso menos audaz, húngaro como Robert
Capa, también dirigíera su mirada a esa Cuba que comenzaba a despegar
definitivamente de las ideas revolucionarias que introdujeron aquellos barbudos
de 1959.
Ese húngaro, que se pasó
cuatro largos años de su vida en la isla, también fue uno de los recientes finalistas del concurso internacional del London Street Photography Festival, cuyas puertas están abiertas durante todo este mes para ver sus exposiciones. Y entre ellas las de este
interesante fotógrafo que colabora asiduamente en diarios como The New York
Time, Le Monde, Der Spiegel, París Match, entre otros.
En las fotografías que comparto con ustedes en este post se observa claramente como el fotógrafo está dentro del
universo cubano, lo retrata en su esencia y ese es el plus que hace que sus imágenes no pierdan vitalidad y perduren.
Eso es algo que sólo se puede
lograr después de estar mucho tiempo en un lugar, mimetizado en su cultura, en su
gente.
SABOOOOOOOORRRRRRR !!!!!
ResponderEliminarjaja un abrazo!!
ResponderEliminarBueno, bueno, y eso que de Cuba ya se ha visto mucho, sobre todo en los noventa, durante los difíciles tiempos de los planes especiales y las salidas de balseros.
ResponderEliminarGracias, Marcelo, como siempre por seguir mirando!.
Es verdad, Rafa....la mirada de Bela Doka es especial y aporta algo más de un lugar demasiado fotografiado.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias!!