Desde el día que conoci por
primera vez la Costa Brava, nunca dejó de sorprenderme (junto con las arrolladoras y masivas urbanizaciones) su luz. Si le tenemos
que poner un color, podría decir que es blanca pura y, a su vez, tan voluminosa como en este rincón
costero de Catalunya.
Y en ese contexto,
precisamente en Cadaqués, la luz parece estar en un perfecto equilibrio con el
lugar, ataviado de montañas, mar y casas blancas.
Quiero aclarar, que no estoy descubriendo nada nuevo con lo
que digo. Salvador Dalí, Pablo Picasso, Joan Miró, Marcel Duchamps y
otros artistas, enamorados de su luz, encontraron grandes inspiraciones en esa blancura
tan mediterránea. Y muchos otros como yo simplemente la disfrutaron o la
disfrutan.
Quizás y como diría Josep Pla, esa luz se deba “l'aire de tramuntana”, este viento tan particular que
sopla con fuerza en la región y justamente el fin de semana pasado sopló con
mucha intensidad. “El aire de tramuntana –señalaba el escritor catalán – es literalmente
ideal, un clima tónico, vital, amable, prodigiosamente higiénico y purificado”.
Después del intenso soplido de la
tramuntana, el sábado pasado amaneció tal como lo describía Pla y yo me
encontraba en el lugar justo y el momento justo. Y por ello quiero compartir
con ustedes algunas imágenes de esos prolegómenos de luz tan matinal, entre las
6 y 7 de la mañana. Un pequeño momento de luz que vale la pena disfrutar con
una cámara.
Bar Casino |
Iglesia de Santa María |
Para unos ojos ávidos de luz y una mente inquieta, algunos rincones de la Costa Brava son tan únicos como necesarios para calmar nuestro espíritu.
ResponderEliminarA finales de los setenta, pasé parte de un otoño y el invierno completo en Llansá. Los libros de Plá, ya me habían adelantado lo que me encontraría. Desde entonces, fui un asiduo a su especial luz que empieza en la costa francesa. Eso si, siempre fuera del verano.
El bar casino, imagino que se trata del casino la amistad.
Un abrazo
Otoño también es muy bonito...el invierno quizás es un poco más áspero pero también tiene lo suyo...
ResponderEliminarAdemás, en los setenta habrá sido muy distinto...gracias por tus comentarios!!
Enhorabuena, por estas preciosas imágenes, Marcelo!!
ResponderEliminarEspléndidas, Marcelo.
ResponderEliminarmis favoritas son la 4ª y la 6ª...Aunque las otras no le van a la zaga: al verlas, qué ganas te entran de darse un bañito!
Saludos.
Gracias Marcelo por esta entrada inspirada de palabras. Cadaqués es el lugar donde me gusta evadir mis emociones. Suelo ir en cuanto puedo, y me considero muy afortunado por poder disfrutar de esas horas maravillosas que has definido.
ResponderEliminarGracias, Jordi!
ResponderEliminarSi, Rafa..un poco de todo..paisajes y algo de street. A esa hora es dificil hacer street!! un abrazote!!
ResponderEliminarMe gustó que te haya gustado el texto. Compartimos esa complicidad por Cadaqués, eso está muy bien!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buenas tus fotos, Cadaqués tiene mucho encanto, lo bueno de madrugar es que podemos recrearnos en lo que nos gusta. La primera y la última, me parecen estupendas de verdad, por composición y luz, sn estupendas. Bueno, la del casino también tiene su toque con esos reflejos tan interesantes.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, Cata!! un abrazo grande!!
ResponderEliminarVaya luz!!! Si madrugas y vuelves con estas fotos, seguro que el esfuerzo ha valido la pena. A mí me gustan sobretodo las 2 primeras y la última.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tus valorizaciones. Son de mucha ayuda. Gracias, David
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