Pero hay excepciones, claro.
Con algunos, la tentación va "in crescendo" debido a la calidad del fotógrafo, a la cuidada edición y también a la encuadernación. Si a esto se le suma un costo relativamente bajo, entonces me decido y lo compro como me pasó la semana pasada con el Estambul de Ara Güler con textos de Orhan Pamuk. Ese libro, por suerte, se quedará para siempre en las estanterías de mi casa.
La verdad es que me sorprendió gratamente la selección de imágenes compiladas en el libro del célebre fotógrafo turco. Y el esmerado prólogo de Pamuk, único premio nobel turco de literatura en el 2006, es el contrapunto ideal que aúna a dos grandes miradas; dos generaciones turcas que hablan, a su manera, sobre la ciudad que tantas pasiones despertaron en ambos. Y la química entre ellos no tiene desperdicios como lo atestigua este libro editado en España por el grupo Anaya.
A continuación voy a transcribir algunos de estos contrapuntos visuales y linguísticos que destaco del libro y que le dan una música diferente y peculiar. La ciudad que evoca visualmente Gúler según las palabras de Pamuk: “ no son tanto como una Estambul del pasado, sino como una lucha conmigo mismo para volver a conectar con mi memoria y convencerme de que lo que estoy viendo no es “arte fotográfico", sino la vida misma”.
Kumkapl. 1950 |
“De niño yo era testigo de este mismo espectáculo desde la orilla o desde la ventanilla del coche de mi tío. Hoy lo soy a mayor distancia, desde la ventana de mi apartamento en Changir donde escribo mis novelas. Cada vez que las contemplo, en alguna parte de mi interior siento que, como en las fotografías, las barcas parecen formar una caprichosa urdimbre o una nube que de continuo cambia su forma”
Sirkeci. 1956 |
“El hecho de que el cochero incline la cabeza hacia adelante, la armonía con el caballo, la fragilidad y la tristeza que refleja la imagen, el carro torpemente atravesado sobre las vías y un tranvía que espera paciente y a la vez impaciente, todo en esta fotografía representa la modernidad frente a la tradición, los ideales del orden, la disciplina y la autoridad frente a la desordenada impotencia de la pobreza y de las carencias tecnológicas…”
Pasaje Hacopulos, Beyoglu. 1958 |
¡Qué casualidad! Justo ayer mi hermano compró este libro.
ResponderEliminarMarcelo, ya te aviso que cuando me termine el libro de Orhan Pamuk sobre Estambul te haré la competencia con varias entradas. Pamuk, Güler es una combinación que da mucho de si.
ResponderEliminarComo aperitivo una frase de las muchas que he subrayado en rojo:
"A veces me siento desdichado por haber nacido en Estambul, bajo el peso de las cenizas y las ruinas decrépitas de un imperio hundido, en una ciudad que envejece respirando opresión, pobreza y amargura."
Tremendo.
que bueno, Oscar..a disfrutarlo entonces!!
ResponderEliminarya me pasaras ese libro cuando lo termines, Carlos. Me da la sensación que las reflexiones, ideas y descripciones de Pamuk sobre esta ciudad no tienen desperdicios. Un abrazo!!
ResponderEliminarAra Guler, sobre todo el de los años 50 y 60, es formidable. Yo tuve el honor, hace un par de años, de hacer un perfil de este autor, en forma de entrevista imaginaria, en el número dedicado a Estambul de nuestra querida revista Altaïr...Desde entonces tengo pendiente hacerme con un ejemplar del libro.
ResponderEliminarGracias por la entrada, Marcelo: es estupenda.
Gracias a ti Rafa que descubrí a este fotógrafo a través de esa nota de Altair.
ResponderEliminarUn abrazo!!