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© Marcelo Aurelio |
Allí, dos invitados de lujo como Silvia Omedes y Rafa Badia junto a la mediación de Fran Simó, dieron rienda suelta a sus obsesiones.
Y yo, como parte del nutrido público que colmó una sala del centro cívico desde bien temprano; quiero señalar ahora algunos puntos que me parecen interesantes de compartir con ustedes.
Por un lado, Rafa Badia centró su charla en el consumo fotográfico. Y en ese discurso de idas y venidas por el mundo analógico y digital, por el ayer y el hoy de la fotografía; las imágenes, según Badia, actúan como una constatación de que estamos allí, en ese momento, con nuestros amigos, conocidos que nos tienen afecto. El fotógrafo, editor y profesor de fotografía señala todo ello como un ritual. Y ese acto ritual es compulsivo y señala que “ no es exclusivo de la era digital”.
Para ello comentó que en la década del 70 del siglo pasado Garry Winogrand fotografiaba todos los días a su hija cuando salía de la escuela porque tenía la sensación que no la iba a ver más.
“Sin embargo – señala el actual miembro de Calle 35 – mi tensión creativa en digital disminuye ya que es normal encontrarte hoy en día, con el acto banal de hacer 200 fotografías diarias”.
Y ante esta avalancha digital, Badia, aconsejó a los fotógrafos que le den tiempo de maduración a sus imágenes y “deben tomar todo ello como un ejercicio para no ir tan rápido. Además cada imagen tiene una maduración distinta” confesó el fotógrafo canario.
© Marcelo Aurelio
Por otro lado, Silvia Omedes centró su charla en la obsesión por auto - reconocernos.
Y en primer lugar disparó al público una inquietante interrogación: ¿porqué nos obsesiona tanto que algunas imágenes estén con nosotros y las guardamos?.
A través de ello, la fundadora de Photographic Social Vision comentó que “cuando reconocemos algo de la pila de imágenes que vemos, nos paramos. Somos rápidos para encontrar lo que nos importa”. Y reconoció que la fotografía de esa manera “nos conecta en nuestra memoria”.
Según Omedes, la huella actual que reafirma esta elección es Facebook. “Pero nos anestesia y me preocupa su uso” señala.
En definitiva, la obsesión para Omedes es como una pulsión familiar. “Nos hacemos fotos para saber que somos y donde estamos. Pero no hay que estar disparando todo el tiempo para ser obsesos”.
Sin embargo, ella cree que ser un poco obsesivo, en el buen sentido de la palabra, sirve para canalizar la vida a través de la fotografía.
En la segunda parte de la reunión, se sumó uno de los integrantes de Caja Azul, Fran Simó que obró como contrapunto a los dos conferencistas, aportando su propia visión sobre la obsesión en el uso de las nuevas tecnologías especialmente de Facebook y Flickr.
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©Marcelo Aurelio |
Gracias por ser mis ojos en esta edición. Fantástico resumen. Un abrazo.
ResponderEliminarUn placer, Rafa!! Me he puesto por un rato las gafas en Caja Azul!!
ResponderEliminarMil gracias, Marcelo. Fue un verdadero placer compartir con tanto/as compañero/as 4 horas de una soleada mañana de sábado..Un abrazo!
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Rafa!!
ResponderEliminarMuchas gracias por este resumen, Marcelo.
ResponderEliminarAsistir a una ponencia de Rafa Badia, es siempre un auténtico lujo.
Un abrazo!!
La verdad que sí. El Rafa tiene un gran sentido común y sus conferencias son muy entretenidas.
ResponderEliminarPero Silvia y Fran tambien aportaron lo suyo. Estuvo muy bien Caja Azul. Espero que pronto haya una nueva edición!!
Un abrazo, Jordi
Pero fueron 4 horas ? Con estos ponentes hubiera aguantado 4 horas mas . Gracias por el resumen Marcelo !
ResponderEliminarFueron 4 intensas horas, Angel!! sin desperdicios, Angel. Un abrazo
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