Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Spain. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Spain. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de septiembre de 2013

El jardín street de Joel Meyerowitz

El otro día, en la casa de Luis Camacho en Madrid, me encontré con un libro que no lo conocía y es un verdadero eslabón poco conocido de Joel Meyerowitz y de la historia de la street photography americana a color.

Me refiero a Wild Flowers




Publicado por Little, Brown and Company en 1983, este libro  no es tan conocido como el clásico Cape Light (1978), verdadero clásico . Sin embargo,  Wild Flowers es uno de los primeros libros publicados de street photography a color.




Y no sólo tiene valor histórico. Este buen trabajo de Meyerowitz muestra la versatilidad del autor a través de unas 63 fotografías tomadas entre 1963 hasta 1981 en donde el concepto elegido es la flor; y el contexto, ciudades y lugares de Estados Unidos, México, Francia, Reino Unido, Marruecos y España.

New York 1974 © Joel Meyerowitz

New York 1977 © Joel Meyerowitz

Meyerowitz explica un poco mejor, la génesis de este trabajo: “ desde hace casi 20 años que tenía este jardín en las calles, parques y ciudades que he visitado.


Paris 1967 © Joel Meyerowitz


 "Durante un tiempo yo no sabía que estaba realizando un jardín. Simplemente estaba haciendo lo que me apetecía, observaba con atención y pensé que algo de interés surgiría de todo ello”.


Fiesta de Verdiales, Málaga 1966 © Joel Meyerowitz

Cabe recordar que Meyerowitz pasó una larga estancia en España en 1967 y en el libro hay muchas instantáneas tomadas en Málaga y Granada.


Málaga © Joel Meyerowitz
Hasta pronto!


martes, 9 de febrero de 2010

El Palacio de los Vientos

© Marcelo Caballero 
   Hace poco nos fuimos a vivir con Dolors a Figueres, una ciudad conocida a nivel internacional porque nació y vivió el pintor surrealista Salvador Dalí. Sin embargo, esta mudanza nos abría un mundo por recorrer, por conocer la comarca del Alt Empordà.
   Para mí es una vieja costumbre documentarme, informarme, leer todo lo que llega a mis manos sobre el lugar en el que vivo o viajo. Así que antes de mudarme, ya me había leído dos libros que crearon en mí una radiografía simbólica sobre la región. Me refiero a Cosas del Mar y de la Costa Brava de Josep Plá y Les Closes de María Angels Anglada. El primero me mostró que entre los cambios metereológicos y el humor de la gente hay una íntima relación. Y el segundo es una hermosa novela que me ayudó a estimar la comarca.
  El Empordà - según Plá - es “el palacio de los vientos” y la verdad es que tiene razón. Pronto descubrí que los hay de toda clase e intensidad y son pocos los días que no sopla alguno. “Los que vivimos en él –dice Plá – poseemos una cierta sensibilidad para apreciar a cada momento el tiempo que hace. No podría ser de otra manera, ya que somos sus víctimas más constantes y sufridas”. Este comentario me sobresaltó. Y me pregunté porque los vientos podrían ser tan determinantes en la conducta de la gente.

Peralada - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero 
   Una mañana bien temprano escucho un silbido agudo y extraño que taladra mis oídos y envuelve misteriosamente nuestro piso. Pronto descubro que proviene de las ventanas. “Es la tramontana y puede durar días. Prepárate” me dice con naturalidad mi compañera que nació en el Empordà. Y otra vez Plá me adivina el pensamiento en otro pasaje del libro: “he pasado estos últimos días recogido junto al fuego familiar, oyendo silbar y rugir intermitentemente a este viento impresionante…”
   A pesar de ser una amenaza auditiva, el aire de tramontana según este gran escritor ampurdanés “es creador del clima más agradable, más tónico, más vivificante que en este país se puede imaginar”. Y la gente de esta región lo sabe perfectamente a pesar de sufrir sus embates casi a diario. Además es normal ver a los ampurdaneses por las calles de los pueblos con cara de pocos amigos cuando sopla con intensidad.
La tramontana cuando se activa despeja el cielo en breves momentos. Es admirable. “La tramontana se caracteriza – dice Plá - por la falta absoluta de humedad, por la formación de atmósferas límpidas…”.

 Peralada - Catalunya © Marcelo Caballero
   
Estany del Cortalet -Aiguamolls - Catalunya © Marcelo Caballero
En este sentido María Àngels Anglada describe en su libro el paso de la tramontana sobre su amado Paraje Natural de Aiguamolls situado junto a la Costa Brava en el Alt Empordà:

“Sí, mirem - la bé, perquè mai no podem saber si duraran gaire en la seva gràcia vivent aquestes contrades on el cor es detura. El somriure blavís del mar, ja un poc amagat, la ratlla dels aiguamoixos, les vorades d´àlbers i de freixes que clouen els prats, aquesta claror d´avui sense calitja, toto, tot és amenaçat “ Les Closes ( Anglada, A. 1984: 17).
   En primavera suele hacer frío en la región y los agricultores suelen denominar a la tramontana como el temporal de las habas. “Si el viento se levanta con fuerza es siempre perjudicial –explica Plá - ver un huerto de delicado cultivo, destruido por la fuerza del viento, apena siempre…los guisantes tiernos, las orejitas de las habas tiernas, la hinchada coliflor, la escarola fina y blanca, la lechuga, han quedado destrozadas

Vilabertran - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero

   Aunque las corrientes de aire de primavera o verano sean la excusa lógica de los poetas o escritores para crear; para María Àngels Anglada también lo es el invierno. En un pasaje de Les Closes la tramontana invernal justifica una bella descripción de los Aiguamolls:

“…les closes a l´hivern –quan hi corre la tramuntana com una gran esgarrifança- encara xopes de les pluges de tardor, i mireu els arbres nus com un poema descarnat, reixes vives, cossos oferts a l´abraçada impetuosa del vent que va eixugant, però mai ben bé del tot, els efímers estanys, els falsos aiguamolls on el dibuix de branques i branquillons s´emmirallava, on venien a beure les fredelugues de crestetes airoses i fins i tot, en dies freds, algun aplec de bernats pescaires” (Anglada, A. 1984: 24).

Paraje Natural de los Aiguamolls - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero


Paraje Natural de los Aiguamolls - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero


 
   Como dije al principio, el Empordà es el palacio de los vientos y otro de los grandes que recorre la región y que proviene del sur es el leveche. “Se caracteriza por un grado de humedad más elevado –asegura Plá - por el embadurnamiento de la luz y el aire del cielo, por las jaquecas humanas y por las depresiones melancólicas”. A este peculiar viento lo descubrí en verano y las tardes con leveche son pesadas a diferencia de la tramontana. “El lebeche crea atmósferas grasas; la tramontana atmósferas metálicas y tensas. El viento lebeche deprime. La tramontana es una liberación. El lebeche nubla las estrellas; la tramontana crea cielos rutilantes de una prodigiosa belleza” remarca el escritor ampurdanés que sirve como excelente guía poético de la región al igual que la Anglada.


© Marcelo Caballero 

Vilabertran - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero


Vilanant - Alt Empordà - Catalunya © Marcelo Caballero