La Maleta Mexicana ha
llegado por fin a España pero por partida doble.
Por un lado, hace seis días
se inauguró en el Museu Nacional D’Art de Catalunya, la sorprendente exposición
de los negativos perdidos (redescubiertos en el 2007) de Robert Capa, David Seymour y Gerda Taro de la guerra civil española.
Y por otro lado, La Fábrica
Editorial y la Fundación Pablo Iglesias publicaron en castellano: La Maleta Mexicana, un voluminoso libro dividido en dos tomos.
En el primero se analiza
minuciosamente la historia que hay detrás de los 4500 negativos redescubiertos de
estos tres legendarios fotoreporteros. Y en el segundo, se reproducen íntegramente
los 126 rollos de película acompañados por 18 ensayos de especialistas en
fotografía y en la guerra civil española.
Aprovechando que me
encontraba en Barcelona para la inauguración de nuestra exposición de Calle 35;
al día siguiente, bien temprano, me dirigí al MNAC para visitar tan
trascendental expo.
Y lo primero que me llamó
la atención, casi en la entrada misma del salón, fue contemplar con mis propios
ojos, el tesoro que alguna vez estuvo perdido. Dentro de un gran cubo de vidrio, se encontraban tres pequeñas cajas: una de
ellas, de papel Agfa (20 x 25 cm.) que contenía
sobres de películas con el autor y el tema indicados por fuera y otras dos cajas
de cartón con rollos de película de 35 mm. La famosa maleta mexicana.
Debo confesarles que me emocioné
mucho… Todo eso allí adelante mío,
cerquita de mi cara. Entonces le pregunté a una de las cuidadoras de la
exposición, si era verdad lo que estaba observando. “Por supuesto que son las
cajas auténticas – me señaló orgullosa – y están mantenidas con una temperatura
similar al lugar donde se encontraban en México”.
Efectivamente. El clima
relativamente seco y estable de la ciudad de México donde han permanecido 66
años (1941 – 2007) explica el lógico razonamiento de la empleada del museo con
respecto al resguardo de las cajas en la exposición. Casi todas las películas están
elaboradas a base de nitrato por lo que se deterioran si no se almacenan en
buenas condiciones. Y las películas parecen estar en el lugar ideal.
Gracias al espectacular trabajo de escaneado de los técnicos del International Center of Photography (ICP), organismo
protector de tan preciados documentos; a lo largo de la exposición se pueden ver
los contactos de los rollos de negativos capturados digitalmente.
Y que nos muestran las secuencias originales de la foto publicada en
su momento en revistas como Life, Regards, etc. Y también revelan escenas inéditas a
través de los negativos. Todo ello,
sistematizado por acontecimiento bélico cubierto por cada fotógrafo.
Finalmente me fui de la
exposición con la certeza de haber observado algunos aspectos que no conocía de
la fragmentada memoria visual de la guerra civil española. Y por todo ello, valió la
pena con creces la visita.
Hasta el viernes!! un abrazo!!
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