Un maravilloso viaje analógico, sin visor lcd, sin autofocus, con 100 ISO, sin una colección de opticas, dibujando con la luz en grises, y sin...PRISAS
Quien pudiera Marcelo, quien pudiera. Yo llegué a los 19 años hasta la Minolta analógica, pero 700 carretes, madre de Dios, si estiraba el de 36 como si fuera de chicle.
yo también hacía estirar como chicle un rollo de 36 que a veces, se estiraba a 38 fotogramas......creo que esa tirantez ahora me viene muy bien porque no cliqueo por cliquear...lo pienso un poco...tengo muy adentro el tema analógico y eso hace que me curre las composiciones como siempre. Un abrazo, Jesus!
Pues sí Marcelo, es una lástima que ahora los nacidos digitales no sepan dibujar con la luz como hacíamos nosotros. Mi pobre novia aguantando pacientemente a que montara los filtros Kokin y la liturgia de ir a retirar tu carrete. Todo lo teníamos que haber hecho antes, la única opción era mate o brillo, y que sea lo que Dios quiera. El amor a la imagen y ese cosquilleo en el dedo cuando disparabas es irrepetible. Hoy con tanto movil la fotografía ha perdido, bajo mi punto de vista, parte de su magia. En fin... será que me hago mayor y nostálgico :)
Un maravilloso viaje analógico, sin visor lcd, sin autofocus, con 100 ISO, sin una colección de opticas, dibujando con la luz en grises, y sin...PRISAS
ResponderEliminarexacto, Jesús, y como tú dices, sin prisas. Así da gusto viajar!
ResponderEliminarQuien pudiera Marcelo, quien pudiera. Yo llegué a los 19 años hasta la Minolta analógica, pero 700 carretes, madre de Dios, si estiraba el de 36 como si fuera de chicle.
ResponderEliminaryo también hacía estirar como chicle un rollo de 36 que a veces, se estiraba a 38 fotogramas......creo que esa tirantez ahora me viene muy bien porque no cliqueo por cliquear...lo pienso un poco...tengo muy adentro el tema analógico y eso hace que me curre las composiciones como siempre. Un abrazo, Jesus!
EliminarPues sí Marcelo, es una lástima que ahora los nacidos digitales no sepan dibujar con la luz como hacíamos nosotros. Mi pobre novia aguantando pacientemente a que montara los filtros Kokin y la liturgia de ir a retirar tu carrete. Todo lo teníamos que haber hecho antes, la única opción era mate o brillo, y que sea lo que Dios quiera. El amor a la imagen y ese cosquilleo en el dedo cuando disparabas es irrepetible. Hoy con tanto movil la fotografía ha perdido, bajo mi punto de vista, parte de su magia. En fin... será que me hago mayor y nostálgico :)
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