lunes, 13 de marzo de 2017

Fotos que merecen la pena

El otro día, mientras rebuscaba en los estantes de un local de libros usados, me encontré con  viejos manuales de fotografía de la era analógica que titulaban con la tentadora frase de: “Fotografiar es fácil”.




Tan publicitario título, hoy en día, suena a profecía cumplida ya que está más vigente que nunca y parece que aún, en el futuro, será más fácil.  “Ni tendremos que usar las manos para disparar fotos ("shoot easy" en los manuales ingleses)” señalan los gurús de la informática y todo el mundo los aplaude.
Y también es una “crónica de una muerte anunciada” para la forma de entender la fotografía así como la entienden "los grandes maestros" que desfilan por este blog (los invito) como fantasmas reanimados en la vida virtual,  en este desierto que cada vez se hace más grande… (No me presten mucha atención…me estoy poniendo nostálgico….)




Pero si está en todas partes y todo el tiempo, y es tan fácil de hacer, entonces ¿qué valor tiene?, ¿qué fotos merecen la pena?” señala Paul Graham. Y ahí está la clave de esta historia.
En este hoy, tan visual, en donde las palabras se usan cada vez menos, las fotos que merecen la pena pueden llegar a ser un “rara avis”. Una suerte de entelequia postmoderna, de reciclaje de viejos ideales para mantener un lenguaje (el fotográfico) de pie ante esta tan mentada cultura del “fotografiar es fácil”.


gentileza Machbel

Sigamos pensando en la intuición, en el azar y en el valor de lo instantáneo pero no nos olvidemos que también es bueno, educarse con el trabajo de los grandes maestros y reivindicar que la escritura fotográfica aún piensa en la fotografía en sí misma y no, en sólo comunicar sin otra pretensión.

Hasta pronto!


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