El fotógrafo británico Paul Graham no necesita ningún tipo
de presentación hoy en día.
Como prefacio podríamos decir que este año, ganó uno de los premios más
importante que se pueden otorgar en la fotografía: el Hasselblad.
La Fundación Hasselblad le otorgó el premio por ser “uno de
los fotógrafos más brillantes de su generación”.
No me caben dudas de ello. Y también porque Graham es esencialmente un gran street photographer que
renovó la escuela del American New Color iniciada por Sthepen Shore, William
Eggleston o Joel Meyerowitz en los ’70.
De hecho, Graham comienza a realizar proyectos fotográficos
a fines de esa década y, bajo la
influencia de esta escuela, publica entre 1981 y 1986 tres libros documentales a
color, hoy en día, bastante difíciles de
encontrar: The Great North Road (1983), Beyond Caring (1986) y Troubled Land
(1987).
1982. Al norte de Londres. publicada en The Great North Road (1983) |
Así, Graham se convierte
también en un pionero en el uso del color con valor documental. “En esa época – comenta el británico – di una charla a estudiantes de fotografía en
Newport College y uno de los alumnos señaló mi trabajo como algo tóxico,
venenoso para lo establecido”.
Birmingham 1985 |
Damos un salto de época y así llegamos a Presente su último trabajo que, como
siempre, rompe con algunos moldes de la fotografía de calle.
Este libro, publicado en febrero de este año por Mack es la continuación de una trilogía iniciada con American Night ( 1998 – 2002) y seguida por A Shimmer of Possibility (2004 – 2006).
En este caso, Presente es un cuerpo de trabajo fotográfico de 114 páginas
realizado enteramente en las calles de Nueva York y Graham, a través de un
cuidado diseño del libro, trata de transmitir
la sensación de una ciudad en constante movimiento.
¿Cómo lo hace?.
El fotógrafo propone dípticos o trípticos que amplifican esas fugaces instantáneas callejeras llevándolas a sus dobles o triples: dos o tres imágenes separadas sólo por una breve fracción de tiempo.
El fotógrafo propone dípticos o trípticos que amplifican esas fugaces instantáneas callejeras llevándolas a sus dobles o triples: dos o tres imágenes separadas sólo por una breve fracción de tiempo.
Estos plegables revelan afinidades inesperadas y casuales de
momento a momento. Y para mi es un interesante camino alternativo (este o no de acuerdo con
ello) para salir de la ingravidez generacional en que se encuentra la street photography en la actualidad.
Esta dualidad también nos permite reflexionar sobre la fluidez e
inmediatez que atesora la fotografía
digital en relación al pasado analógico. “La forma en que nos relacionamos con
las imágenes digitales está cambiando” señala Stephen Mayes, director de VII Photo Agency
en una reciente entrevista en Wired.
Espero que tengan un buen fin de semana!! hasta el lunes!
Como siempre un más que interesante artículo. Como comentas se puede estar de acuerdo o no con sus planteamientos pero abre nuevas vías de exploración fotográfica.
ResponderEliminarSi, si, eso es indudable. Un abrazo, Luis!
EliminarInteresante Marcelo
ResponderEliminarGracias,compañero!
EliminarDesde hace un tiempo, estoy en un proyecto personal, acumulando imágenes donde el encuadre es prácticamente el mismo. La misma distancia focal y el aliciente de la incorporación en la escena de elementos nuevos.
ResponderEliminarLa primera vez que visioné mi propio trabajo, lo relacione en un principio con lo realizado por Graham por lo parecido, salvando las distancias, claro.. Aunque después supe que él juega con el factor de tiempo reducido. Segundos, como mucho, minutos separan dos o tres tomas.
Un abrazo
Espero ver, algún día, parte de ese trabajo, Jan!!
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