Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Sólo es una cuestión de emoción



Siempre me gusta decir que una fotografía no se intenta comprender. Sólo es una cuestión de emocionarse o no.  Y esa distinción ya habla y mucho de la fuerza de la fotografía. O mejor dicho del lenguaje visual.


(c) Sergio Larraín

Y esa es la forma que me gusta definir a la fotografía: como la expresión de una emoción, intransferible y poderosa, intuitiva y siempre singular.  Sin más etiquetas que eso, en estos tiempos que nos gusta tanto etiquetar todo.


(c) Harry Gruyaert

Para reflexionar sobre esa FOTOGRAFIA (en mayúsculas) de la que hablo,  es necesario entender mínimamente la fuerza del lenguaje visual. Sin embargo, no se puede explicar con palabras. Se traduce con emociones como dije anteriormente.
A lo sumo, se busca comprender de qué manera organiza el autor, a través del rectángulo de una cámara, los elementos visuales: líneas, formas, colores y también símbolos o iconos, los fondos o los posicionamientos. Pero así y todo, el secreto de la fuerza de una fotografía es un misterio, es algo que no se puede racionalizar. El resto es literatura, a veces de la buena, otras veces, de la mala.


(c) Alex Webb

Ya en este nivel de comprensión, el acto de captar una imagen está muy ligado a la consecuencia de ello:  al acto de observar esa imagen. La fotografía, sin dudas, es eminentemente social. Uno no puede existir sin el otro. Las fronteras entre el autor y el observador se mezclan, si difuminan. En el más radical de los ejemplos, esa materialización puede llevar años como pasó con las imágenes de Vivian Maier que hasta que falleció no existían.


(c) Vivian Maier


En este nivel, ya no interesa el dónde, el qué, el cuál, el por qué, el cuándo; sólo el cómo pasa y con ese estadio de cosas me quedo. Por eso, y para sintetizar todo esto que podría llevar a escribir un libro, quiero mencionar por último,  el disfrutar del hacer fotografía como uno de los momentos más felices de mi vida. Y con eso me quedo.


Sin título

Hasta pronto!



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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Horizonte inclinado


En una ocasión, hace ya unos años, presenté mi portfolio a un editor de una prestigiosa revista de viajes; y luego de echarle una rápida ojeada, me aconsejó que no mostrara imágenes con horizontes inclinados. “No gustan ese tipo de imágenes. La línea de horizonte tiene que estar simétrica al marco superior” Y en parte tenía razón, en la biblia de la fotografía de viajes, la regla del horizonte es el primer mandamiento.
Si uno tiene ganas de investigar un poco en la web, verá que está llena de tutoriales para ayudar a corregir horizontes inclinados por ejemplo con herramientas como Photoshop.
Los horizontes inclinados siguen siendo una falacia para muchos puristas. Sin embargo, en la fotografía urbana, esa regla se rompió con la llegada de Robert Frank. Y estamos hablando de fotografías de más de 50 años.


Rio Mississipi, Baton Rouge, Louisiana, 1955 (c) Robert Frank

Esta foto perteneciente a The Americans fue la imagen que más admiraba Garry Winogrand.
 Frank, como se ve en la imagen, utilizó tanto un objetivo gran angular como un horizonte inclinado para crear un vórtice dinámico centrado en el predicador, única línea vertical en toda la composición.
Profundamente afectado por esta fotografía, Winogrand empezó a investigar cómo podía él también fusionar el espacio estético con sus temas.


de su trabajo Women are Beautiful (c) Garry Winogrand

Este tipo de imagen bastante atrevida para la época, le otorgó al talentoso fotógrafo americano una fuente de dinamismo y de aire fresco a sus imágenes.


de su trabajo Women are Beautiful (c) Garry Winogrand

Y este hecho fue un punto de inflexión para la evolución de este tipo de fotografía bastante menospreciado por el resto del “club fotográfico” hasta la actualidad.


de su trabajo Women are Beautiful (c) Garry Winogrand


Con todo esto no quiero decir que hay hacer siempre horizontes inclinados. Pero puede ser una variante muy útil en la composición para salir del posicionamiento clásico y purista de hacer fotos con la cámara a la altura de los ojos.
hasta pronto!



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lunes, 21 de noviembre de 2016

Cierta claridad


A lo largo de todos estos años de fotografiar y fotografíar por las calles, he encontrado una cierta claridad de intuición que actúa como una especie de brújula de entendimiento de ese meollo efímero que es captar instantáneas en las ciudades.
A continuación paso a contar esa “cierta claridad” y digo “ cierta” porque no es algo absoluto, determinante. Sólo es una intuición de lo que pienso ahora, en este presente.
Cuando veo movimiento, gente que va y viene, comienzo a interesarme en la escena.


Sin título
Vitoria

Sin embargo la ausencia latente de ese movimiento también me interesa porque el hecho de fotografíar esa ausencia; ese entorno cambia a través de la fotografía.



Madrid 

En otro orden de cosas, es importante estar siempre activo, cuanto más trabajas, más ves.
Esa catarsis visual me hace ser más participativo que contemplativo. Estar dentro de la escena te da adrenalina y te sientes muy libre con la cámara. Se disfruta mucho de este tipo de fotografía.


Sin título
La Habana

No me gusta utilizar la cámara como si fuera un cuaderno de notas. Me gusta recoger lo que me gusta o es de mi interés. Con el tiempo me fui dando cuenta que reflexionar un poco ayuda a no hacer fotos innecesarias.


Festival White Summer 2016
Pals

Y cuando estás en casa, meditar sobre cómo construiste tus imágenes, tus composiciones y ser realmente autocrítico para no volver a cometer los mismo errores. Muéstrale tu trabajo a algún amigo de confianza que seguramente no son "los amigos de Facebook".  También ayuda ver a los grandes fotógrafos. En ese sentido, ese es el tipo de influencia que me interesa. No me da vergüenza decir que mis influencias son de tal fotógrafo. Eso ayuda a ser humilde y entender que todo está escrito, todo está fotografiado y hay que saber reconocer tus limitaciones para mejorar.


Sin título
Sevilla. (luego de hacerla pensé en Saúl Leiter...)


Y lo más importante, gracias a la fotografía urbana he recuperado la capacidad de ver y disfrutar más de la forma que del contenido que como dice Susan Sontag: “el contenido conduce a lo previsible”.



Sin título
La Jonquera

Hasta pronto!



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miércoles, 16 de noviembre de 2016

El día que Frank creó dos libros

Cuenta la leyenda que Robert Frank hizo dos libros (de una manera artesanal) de sus viajes por Perú en 1948. Y uno de ellos se lo regaló a Alexei Brodovitch (por ese entonces director de la afamada revista Harper’s Bazaar ; y el otro a su madre.


Perú (c) Robert Frank

En ambos libros de 39 fotos cada uno, las imágenes son las mismas, pero no siguen el mismo orden. Por lo tanto son dos libros distintos. Creo que Steidl finalmente publicó el que le hizo a su madre.


Perú (c) Robert Frank

En otras palabras, lo que Frank nos quiso decir es que,  en fotografía,  el orden de los factores si altera el resultado final. El emparejamiento secuencial de cómo queremos contar una historia visual es crucial. Y es tan decisiva como el maravilloso acto de crear las imágenes para ese discurso. Y allí entramos en un lodazal:  ingresamos en la aventura de la edición.


Perú (c) Robert Frank

Esa técnica de emparejamiento de página que utilizó en Perú (por distintas razones subjetivas de edición del autor: líneas, complejidad de formas, diagonales, vertical vs horizontal u otras variantes) las obvió en The Americans en dónde cada foto ocupa una página.


The Americans (c) Robert Frank

Y ese nuevo emparejamiento u orden se expresa como capítulos visuales en donde entra en juego otras líneas discursivas  Y eso es también un acierto aunque también tiene un orden implícito.


New York Inside Out (c) Robert Walker

Cuenta la leyenda, que el escritor beatnik William Burroughs aconsejó al fotógrafo Robert Walker que utilizara la técnica del cut-up para armar el emparejamiento de fotografías por página de su libro New York Inside Out . Y así podríamos hacer, con esta técnica, los libros que quisiésemos del New York de Walker. Y todos serían distintos.


New York Inside Out (c) Robert Walker

Los libros de autor en papel te ayudan a entender que una fotografía única puede tener un valor agregado al confrontarla con otra, o por su ausencia en una página. Y también te ayuda a entender la "escritura visual" del fotógrafo. Estilo personal como la edición.
En este plano, se puede disfrutar de las fotos con un sentido pragmático, narrativo. Y ese es el camino que revolucionó Frank en los ’50 y que aún nos gusta experimentar al crear u hojear un libro de fotografía.
Hasta pronto!


PD: esta nota está dedicada a John que se fue el domingo pasado a un mundo mejor....



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lunes, 7 de noviembre de 2016

Para mi propia educación


Cuando le preguntaban a Garry Winogrand por qué hacía fotografías, según sus amigos, solía responder lo siguiente: "para ver que aspecto tienen las cosas al fotografíarlas", "para salir de mí mismoo "para mi propia educación".


Los Angeles 1964 (c) Garry Winogrand

Estas reflexiones simples pero categóricas reflejan la importancia que tenía la fotografía para un fotógrafo del calibre de Winogrand: sólo disfrutar del acto fotográfico.
Pero también reflejan su absoluto desinterés por agradar a los demás, o de fama. Y, desde mi punto de vista, Winogrand es un oasis de ejemplo en medio de las vanidades de los fotógrafos.

New York, 1968 (c) Garry Winogrand


En este sentido, se entiende que haya dejado inacabada la edición de su trabajo porque lo único que le daba libertad plena era el disfrute del hacer fotográfico en las calles, día a día. Y dejó para la investigación y edición póstuma miles y miles de carretes sin haberlos revelado. Solo conoció el momento captado de forma efímera en el rectángulo de la cámara.


(c) Garry Winogrand

En ese sentido, es un ejemplo aislado ante el control exhaustivo que la mayoría de los grandes fotógrafos hacen de su archivo. Algo que a él le interesaba bastante poco y que llama mucho la atención en este hoy tan visual.


New York 1968 (c) Garry Winogrand

En la actualidad, este modus operandi de Winogrand suena a cuento de ciencia ficción. Un contexto contemporáneo dominado por la exhibición constante en redes sociales para ganar un cierto espacio y un nombre al que todos persiguen para salir del anonimato. Y con esto no quiero hacer comparaciones. 


Los Angeles 1980 - 1983 (c) Garry Winogrand

Solo cabe distinguir lo que hacía un gran fotógrafo como Winogrand en el pasado y lo que hacemos la mayoría de nosotros en la actualidad,  para empezar a visualizar que los caminos son otros. Y la fotografía es otra. Mejor o peor. Eso lo decidirá el paso del tiempo. Como el legado de Winogrand.


New Haven, Connecticut 1970 (c) Garry Winogrand

Pero no viene mal recordar que el disfrute del acto fotográfico es algo único e intransferible. Y no debemos renunciar a ello. Al fin y al cabo, es lo único verdadero en la fotografía.   A pesar de los  trucos y las trampas.

Hasta pronto!


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