Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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miércoles, 8 de octubre de 2014

Obligado a ser espontáneo, mínimo e improvisador

Siempre comparé a una buena fotografía de calle con la emoción capturada de un poema atemporal. O también lo encontré en la improvisada y espontánea alegría de un saxo alto (mi instrumento preferido) en una jam sesión.


© Saúl Leiter

Con el tiempo descubrí que menos es más; que sugerir es mejor que denotar; que con sólo un verso se puede transmitir esa emoción tantas veces perdida y encontrada; que un fraseo inspirado puede instalarse para siempre en nuestro corazón.


© Ernst Haas

Algo de todo ello pensaba el pianista Bill Evans que junto a Miles Davis, Cannonbal Adderley y Coltrane crearon una pieza sublime, minimalista del “jazz modal”. Me refiero a Kind of Blue (1959) cuyos temas fueron creados por uno o dos acordes que mantenían largos períodos de improvisación. Algo así es mi forma de entender la fotografía de calle.


© Ray Metzker

Con respecto a todo ello, deseo contarles una pequeña historia.
A finales del siglo XIV llegó a Japón desde China, de la mano de monjes budistas Zen, un tipo de pintura que los japoneses denominaron “suibokuga” que también era espontáneo y mínimo.

© Gonzalo Juanes

El artista “tiene que pintar en un pergamino delgado extendido con un pincel especial y pintura negra de acuarela, de tal manera que un brochazo forzado o interrumpido destruirá la línea o atravesará el pergamino. No son posibles los borrones ni los cambios. Estos artistas deben practicar una disciplina específica, la de permitir que la idea se exprese a sí misma en comunicación con sus manos de forma tan directa que no puede interferir la deliberación” señaló Evans a la revista Down Beat a fines de la década del ’50 del siglo pasado.


© Sergio Larraín


“Las pinturas resultantes – prosigue el pianista – carecen de la composición de la composición compleja y las texturas de la pintura convencional, pero se dice que aquellos que saben ver, encontrarán algo capturado que escapa a cualquier explicación. Esta convicción de que la acción directa es la reflexión más llena de significado, en mi opinión, ha inducido a la evolución de disciplinas extremadamente severas y especiales como son las del músico de jazz o improvisador”.



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