Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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viernes, 28 de junio de 2013

Apocalípticos e integrados en la fotografía contemporánea

Ayer mientras volvía en tren de Barcelona, me puse a leer con avidez, el último número de la siempre atractiva y prestigiosa revista Ojo de Pez;  y me encontré con una nota que realizó su fundador, Frank Kalero que me sobresaltó por su lucidez y también por la claridad para describir su visión personal y romántica sobre el actual panorama de la fotografía digital.





Me gustaría transcribir algunos párrafos del escrito de Kalero sobre los que bien vale la pena reflexionar:

"Llevo tiempo experimentando, a través de la fotografía, lo que parece es la realidad. Las fotos son más amables que la vida y me ofrecen más tiempo para contemplarla y asimilarla, hasta el extremo de que sublimo las experiencias pasadas en el presente con tecnología de futuro....
Afortunadamente, estamos armados con cámaras en los móviles que nos permiten parar el mundo, digitalizarlo y compartirlo con otro subnormales que están haciendo lo mismo en tiempo real. A día de hoy, la fotografía se ha convertido en un lenguaje más directo y emocional que el texto escrito. Sobre todo más democrático e intenso que la vida misma, dado que muchos se olvidan de su propia vida porque-estan-demasiado-ocupados-fotografiando-lo-que-dejan-de-vivir.....





.... Con tanta sobreproducción (alguien ha calculado que cada dos minutos se disparan más fotos que en todo el siglo XIX), la discusión sobre si una foto es buena o mala deja de ser relevante.
El lenguaje universal de la foto es el de la foto mediocre.
Desconfiamos de las fotos buenas por falta de compromiso con lo real, del mismo modo que desconfiamos de una persona excepcionalmente bella por el simple hecho de serlo. Si despojamos a la fotografía de la función estética y la dotamos de un contenido informativo banal, ¿cuál sería el valor actual de las imágenes?...


....hubo un tiempo en el que la gente se hacía dos retratos a lo largo de su vida: el de la boda y el del funeral. Esas imágenes se colgaban en lugares destacados del hogar, creando a su alrededor pequeños altares donde mostrar la devoción y el respeto por aquello que representaban. ¿cuándo fue la última vez que sentimos esa veneración por una imagen entre las miles que consumimos mensualmente? Buenas noticias para los apocalípticos y malas para los integrados: no existe una verdadera democratización del medio, y menos aún del talento. Tengo la sospecha de que el hombre blanco vive en una manicomio de abstracciones, en el que el mundo real ya ha dejado de ser relevante."

Frank Kalero. Normalidad relativa. Nº 33 Ojo de Pez

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